La mujer y sus bienes en el siglo XVII pueden descubrirse en diferentes fuentes documentales, tanto en testamentos como en las cartas de dotes, donde se describen los aportes de las mujeres al matrimonio.
Es así como podemos descubrir a Juana Fontecilla y Videla, que según consigna Sor Imelda Cano Roldan en su libro “La mujer en el Reyno de Chile” en 1980, fue una mujer que se casó con un rico comerciante de origen español de nombre Juan Antonio Araos y su aporte al matrimonio celebrado en 1731 fue:
Prendas:
“…muchas de ellas de procedencia indudablemente francesa: las cortinas de la cama de campo eran de nácar y las sábanas y almohadas de cambray-batista; valían estas últimas 53 pesos. Las fundas eran de tafetán de granada y habían costado 16 pesos. Las camisas nupciales eran cuatro y tenían mangas de cambray con encajes y valían 50 pesos. La camisa de estreno, sin embargo, estaba adornada de cuatro encajes de serafines, de a seis pesos la vara y valía por sí sola 100 pesos en aquellos tiempos.
Con relación a los faldellines y jubones, uno de éstos de brocato con franja de oro y valía 100 pesos; otro de felpa con melindre, 50 pesos; otro de bayeta amarilla con raso nácar, 25 pesos; otro con delantal, 20 pesos, y entre varias otras, una sarga de brocato de valor de 200 pesos. La sarga de montar era de tornasol y costaba solo 16 pesos; mas, con nuestras antiguas amazonas lucían tanto sus pantorrillas como las actuales, llevó doña Juana al matrimonio tres pares de media de seda que valían 15 pesos.” (Cano, 1980. p 236)
Otra parte importante que aportaba Juana a su relación con Juan, fueron sus joyas que entre aros y teteras de cobres, significaban un valor realmente importante al matrimonio:
Joyas:
“…haciéndose notar dos candados de diamantes para pendientes, tasados en 200 pesos; un rosario de corales con Pater Noster de Oro, en 127 pesos; un medallón con un trocito de Lignum Crucis, en 100 pesos; y, por último, un aderezo de mate con pichel de plata, tetera de cobre, mesita con cajones, 125 pesos y el pichel que era, probablemente, dice Vicuña Mackenna, una caja de la yerba, azúcar.” (Cano, 1980. p 236)
Juana con su dote, da cuenta de una mujer que fue parte de la aristocracia chilena que miraba la moda francesa como su gran referente en el siglo XVII.
Bibliografía
Cano Roldán, I. (1980). La mujer en el Reyno de Chile. Santiago de Chile: Ilustre Municipalidad de Santiago.